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Al principio era una caída más, pero cuando le fui a levantarlo le salía sangre a ríos de la frente, no un pequeño hilillo de sangre sino borbotones. De repente el pánico se apoderó de mí. Mi nene estaba sangrando y mucho. Lo senté corriendo en su silla mientas buscaba kleneex con que parar la hemorragia y lógicamente cuando buscas algo y nervioso nunca lo encuentras así que opte por lo más rápido: mi camiseta de PDAMéxico. Lucca no dejaba de llorar por el susto y porque sentía como le caía la sangre por la cara. Era mucha sangre y yo también estaba muy asustado. Una vez apretada la herida con la camiseta y mis manos ensangrentadas, busque el móvil para decirle a mi mujer que me iba a Sant Pablo (11:54h) pues la herida era de unos 4mm de ancho y no sabia que tan profunda era o si el golpe le había provocado alguna otra lesión. Así que corriendo con Lucca llorando a buscar un Taxi mientras le intentaba tranquilizar diciendo que íbamos a ver a la mama o a la iaia, que íbamos a ir en Taxi, pero aun seguía(mos) asustado(s). Suerte que era sábado y mi madre y suegra estaban en el mercado comprando. Llame a mi suegra para que me acompañara e ir al hospital. a esas alturas la hemorragia ya estaba parada y solo tenia la sangre ya seca por la cara.
Cogimos el taxi y corriendo al hospital, Lucca ya estaba calmado así que jugamos a los colores con los demás coches. Una vez allí (12:07h) le revisaron, me preguntaron si tenia todas las vacunas le limpiaron. Yo me lavé la sangre de las manos mientras revisaban a Lucca, ya sabéis, los niños y las batas blancas no son muy compatibles. Cuatro tiritas después ya estábamos camino a casa (12:35h), Lucca como si nada hubiese pasado yo todavía con el susto en el cuerpo de ver tanta sangre salir de mi nene y tan rápido. Ver a tu hijo sangrar le hace saltar a uno el corazón, era tanta pero tanta sangre que le caía. Mientras mi suegra iba camino a casa de mi madre yo regresaba a la mía para cambiar esa camisa llena de sangre. Por el camino no paró un barrendero que me pregunto si estaba bien por que me veía sangrar. Antes de llegar me encontré en el camino a mi mujer que ya había salido de la casa y me vio con la sangre en la camiseta, restos en el brazo que no me había visto y en el cuello y cara de abrazar a Lucca.
En casa me cambie de ropa y me quedé un buen rato sentado en el sofá, intentando asimilar todo lo que había ocurrido con rabia, dolor, impotencia, lagrimas... Mi hijo sangraba y una parte de mi se moría de miedo mientras la otra actuaba. Todas esas sensaciones de apenas trece minutos, me acompañaron durante todo el día y parte de la noche.