Llevo dos días que me encuentro a Lucca y a su madre que regresan del paseo. Los veo a lo lejos mientras me acerco. Su madre le indica que por allá viene su padre y Lucca aunque tarda en verme, cuando me ve no deja de gritar: "papá! papá" mientras se acerca corriendo hacia mis brazos. Es una sensación magnífica viéndole como corre hacia mi, viendo su cara con una sonrisa de oreja a oreja, mientras su cuerpo se balancea en un correr de pato. Creo que soy adicto a mi nene.